Amplio conocimiento del mercado
Una gran ventaja de trabajar con agentes inmobiliarios tiene que ver con sus conocimientos. Están familiarizados con el mercado en su conjunto, y los mercados locales no tienen secretos para ellos. Gracias a estos conocimientos pueden determinar el precio perfecto para una propiedad, porque tienen en cuenta los factores periféricos: el atractivo del vecindario, la oferta y la demanda de ese tipo de vivienda, la ubicación, etc.
Además, los agentes inmobiliarios tienen a su alcance
una extensa base de datos con las ventas anteriores de una determinada zona. Prácticamente saben lo que vale una propiedad con solo echar un vistazo a sus dimensiones y ubicación. Para la venta de su inmueble, muchos particulares proponen un precio que está por encima del mercado. Al final esto no es muy eficiente, puesto que prolonga el tiempo de venta y acaban teniendo que bajar el precio igualmente.
Los agentes inmobiliarios están
en contacto,
diariamente,
tanto con compradores como con vendedores. Esto significa que saben quién está buscando una vivienda y qué es lo que busca. Un agente inmobiliario tiene muchas posibilidades de
emparejar al comprador perfecto con la propiedad perfecta, una habilidad que puede hacer que consigamos
un precio de venta más alto.